El vano barón de Cayo Bello, sin vello quedó. Preocupado se halla, pues sin vello en la piel, no se siente, ni varón, ni bello. ¿Acaso erró él? Herró este a su caballo y hacía el este partió. “A la curandera he de encontrar, pues sabia e inteligente ella es”, dijo el barón, que la sabia mujer, de la savia decía saber. Y aún sin un cura, la cura habría de tener. Después de tanto montar, un callo en su pierna salió. En vano, el vano barón buscó, puertas abría y puertas cerraba, nada habría de encontrar, mientras más puertas abría, más erraba él. Allá, en una puerta, una frase leyó: “Ola que viene, ola que va, si no dices: ¡hola!, la ola se va” Él dijo: ¡Hola!, y todo calló: Me siento muy triste, mi vello cayó. Toma esa hierba y deja que yerba, bebe lo que hay, y no digas ¡ay! Regresa a tu cayo, que cure tu callo. Lo vano es en vano, vano es el vello y lo bello está en lo profundo. Bebe lo que hay, y no digas ¡ay!
Por Fiacro Hernández Alaffita-Tito 4/09/2019