"Verdades a Medias: Así Conocí Mi Diagnóstico"

@veronik28dic · 2025-11-02 22:41 · Holos&Lotus

En mi blog anterior, les abrí mi corazón sobre la parálisis creativa que me mantuvo en silencio por años, una frustración que solo se disipó cuando finalmente entendí que todo se originaba en mi cerebro neurodivergente. Hoy les cuento lo incomodo que fue saber que era autista y como este diagnostico fue utilizado para despedirme de mi trabajo.


image.png

Sí, soy autista. Sé que es una palabra que, de entrada, abruma. Mucha gente la siente como una etiqueta pesada, y confieso que yo fui una de esas personas cuando me dijeron por primera vez: "es muy posible que seas autista". Es normal desconcertarse cuando se recibe una noticia que nunca se esperó. En ese momento acepté su comentario sin refutarlo, con una calma que, tiempo después, me sorprendió. Lo tomé con ironía y, por dentro, me reía. Pensé que su comentario era errado y solo una herramienta oportuna para que ella alcanzara su objetivo: despedirme sin tener que hacerlo de manera directa. Fue astuta. A pesar de que ambas trabajábamos en cocina (siendo ella la jefa), utilizó su conocimiento como psicóloga donde no debía: me analizó para, tiempo después, soltarme tal diagnóstico sin yo pedirlo, y lo usó como justificación para decir que mi trabajo era incompetente. Aunque esas no fueron sus palabras con exactitud, no hizo falta que las dijera para entender su verdadera intención. Y lo pienso así porque, aun siendo psicóloga y sabiendo los términos correctos del espectro autista, ella decidió referirse a mi supuesta incompetencia como síndrome de Asperger, aludiendo, además, con halagos prodigiosos a personas reconocidas que fueron diagnosticadas con este síndrome. Esto es significativo, teniendo en cuenta que ese término dejó de usarse oficialmente en 2013 porque se descubrió que no está para nada lejos de las personas con autismo. Si su sana intención era informarme de algo de lo que yo completamente desconocía, lo habría mencionado con los términos correctos y fuera del contexto laboral. Desde entonces he analizado una cantidad de veces ese momento y, aunque intente verlo de otra manera, sigo llegando a la misma conclusión: No le interesaba que supiera que era autista, sino solo sacarme de su restaurante. En un principio, mi atención se centró en el cinismo con el que ella me trató ese día. Me encontraba anonadada por su incapacidad de hablarme con la pura verdad, que, aunque a veces pueda ser incómoda, no deja cabida a las dudas ni a conclusiones erradas. Pero tiempo después entendí que mi incomprensión venía de mi cerebro neurodivergente, que no se permite verdades a medias, y que las mentiras pasivas son, de hecho, una herramienta infalible de las personas neurotípicas. Mi desconcierto duró un par de meses. Por supuesto que no sería fácil para mí dejar todo este asunto pasar así nomás, pues finalmente el término Asperger empezó a resonar en mi interior. Aunque quisiera tomarlo con gracia y reírme de manera deliberada de tal diagnóstico con mis allegados, resultaba difícil. Nadie se reía más que yo misma de mis chistes al respecto, una situación que resultó siendo aún mucho más incómoda al ver las caras largas y escuchar el aturdidor silencio que dejaban escapar. Tener que enfrentar estas situaciones constantemente no me ayudaba en nada; al contrario, sentía cada vez más el peso de la duda: ¿realmente era una persona con Asperger? ¿Acaso ese silencio confirmaba algo que yo no quería ver? Y si era cierto, ¿por qué nadie estaba siendo capaz de decirlo? Mi madre era la única persona que se atrevía a opinar. En su negativa, solo podía decirme que no aceptara ningún tipo de enfermedad en mi cuerpo. Pero esto solo me generaba más dudas: si realmente lo tuviera, ¿acaso negarlo lo haría desaparecer?

Aquí, Vero González.

image.png


¡Hasta un próximo blog!

#holos #spanish #reflections #creativecoin #ecency #neoxian #silencios
Payout: 0.000 HBD
Votes: 176
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.