Un golpe atroz, de esos que te despiertan, que te recuerdan que no todo lo que brilla es oro ni bueno.
Un golpe que te destroza, que te humilla sin necesidad de contacto físico; basta una palabra, un gesto para mantenerte en ilusión mientras te apuñalan en la espalda con una sonrisa de cinismo.
A veces entendemos el mensaje, otras veces optamos por seguir golpeándonos contra la pared, ignorando todo el peligro hasta que es demasiado tarde.
¿Cuándo aprenderemos a no cometer el mismo error? Quizás en la primera vez, en la segunda, o hasta cuando las cosas se pongan feas.
No todo lo que brilla es oro y prosperidad, y esa es una lección que la vida siempre nos recordará durante el resto de nuestros días.
https://images.hive.blog/0x0/https://files.peakd.com/file/peakd-hive/vickaboleyn/48QuiDaEw9LGu6saydqxzzToT8Rt1QnnZqfzXBKw7zkqNZ9bB7AdfyPU2hqKoo4fBr.gif