Los ciclos malos, esos malos días, semanas, o quizás meses del año en donde todo va mal. Períodos de tiempo en donde la carga de trabajo es demasiada, o demasiado poca dependiendo de dónde se le mire; períodos en donde sucede de todo, desde accidentes hasta conflictos inesperados.
Mucha gente cree que las cosas que les pasa en un período de tiempo particularmente largo es cosa de la mala suerte, de la brujería o porque estás pagando pecados de otra vida. Para Andrea, los ciclos malos son períodos que invitan a reflexionar, a pensar de manera cuidadosa qué movimientos debe emplear en los ciclos buenos.
Como todo, los ciclos malos eran parte de la naturaleza humana. Y como tal, uno debía aprender a navegar en ellos.
A esa conclusión llegó Andrea mientras la misa se terminaba, y quizás era gracias a esa experiencia que ella se solía tomar las cosas con mayor calma que otras personas a pesar de su juventud.
Con un suspiro, se levantó de su asiento y ayudó a su abuela a acercarse a la pequeña capilla que estaba a un lado del altar mayor.