Capítulos anteriores
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Imagen editada con Canva. Fuente de la imagen: Pexels
Nada.
Estaba en medio de una gran masa de agua salada moviéndose en grandes olas. La sola idea de que podría morir aquí, posiblemente de inanición o devorada por algún monstruo marino era aterradora. La duda empezó a calar hondo en mi interior. ¿Hacia dónde debía dirigirme?, ¿durante cuánto tiempo estaré en esta situación?, ¿me encontrará algún amigo o enemigo?
Sentí cómo las lágrimas amenazaban con salírseme de los ojos. Lágrimas de desesperación, frustración, y miedo. Lancé un grito desde el fondo del alma. Un grito de desafío al destino, a la muerte, al abandono, al miedo.
Me niego a creer que mi historia terminará aquí, en medio del gran mar de Titán. Me niego a esperar a que la muerte venga por mí.
Me niego a rendirme.
“Usa tu miedo, Güzelay. ¡Enfréntalo, carajo!”, me dije a mí misma mientras empezaba a nadar a contracorriente en una sola dirección. “¡Nada, coño! ¡Nada hasta que se te agoten las fuerzas! ¡No te rindas! ¡No ahora!”
Me repetía una y otra vez esos ánimos mientras nadaba. Me estaba armando de valor, haciéndome a la idea de que, si iba a morir, sería luchando.
