Definitivamente conecté con tu reseña, coincido totalmente con lo que dices, de hecho esta frase que escribiste: "lo extraordinario se siente tan cotidiano como respirar" es lo más bonito que tiene el realismo mágico, al leer no sientes que los sacerdotes que levitan luego de tomar chocolate, las bellezas extraordinarias, las lluvias que duran más de 4 años sean cosas de otro mundo, sino algo totalmente normal.
Y sí, es verdad, yo también tuve la impresión de, más que leer la historia, sentir como si escuchara el relato de un anciano, como si la contara el propio Melquiades.
El libro invita a la introspección y al análisis de nosotros como individuos, cómo familia y como sociedad latinoamericana, es aquí cuando entendemos que todos los pueblos latinoamericanos están conectados de alguna manera, todos compartimos casi la misma historia.