Siempre la amé. |Poema original.

@victoriadimeco · 2018-04-23 00:27 · cervantes

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Nunca la conocí más allá de la pantalla de mi teléfono y les juro que no me arrepiento de esas delicadas caricias y esos desesperados besos que a pesar de que chocaban contra un vidrio sucio y desgastado, hacían que mi corazón se sacudiera el polvo viejo y pudiera volver a latir en el ritmo por el cual todos nos sentimos sedientos de vivir, ese ritmo que nos hace sentir más vivos que nunca, ese ritmo por el que a veces no podemos dormir pero aún así no nos molesta, ese ritmo en donde salvajemente danzamos día y noche para encontrarle sentido a todo lo que hacemos.

Recuerdo que la última vez que la vi, le dije que la amaba aunque ella no pudiera escucharme, aunque nunca lo pronuncié, aunque siquiera lo mencioné.

Veía sus ojos a través del cristal y estaban cansados, irritados y un poco pesados pero aún así sin perder el brillo que la representa, ese brillo que siempre me cubre como si fuera una cúpula y me atrapa sin pedirme permiso.

La veía minuto a minuto en silencio, aunque sé que eso la impacienta, lo seguía haciendo sin intención de molestarla, se me hacía complicado emitir palabras, sólo quería gritarle lo mucho que la estaba amando pero el miedo me ganaba.

¿Por qué amar nos hace valientes y al mismo tiempo unos completos cobardes?

Queremos amar pero nos aterra la idea de comenzar hacerlo.

No sólo esa vez la amé, la amé siempre.

La amaba desde los buenos días hasta las buenas noches.

La amaba a pesar de que no sabía a que sabían sus besos y lo más lamentable es que nunca sabré si entonces ella me amó también, porque jamás pude quitarme la armadura y decirle las dos palabras que por mucho tiempo hacía que me temblaran y sudaran las manos sin sentido.

Porque así es, no tiene sentido complicar el amor, el amor es como una flor que no escoge su forma ni color.

Entonces por malabares torpes del destino, ella simplemente se marchó justo el día en que iba a decirle todo lo que sentía, pero ella nunca odió tanto los números como esa noche en que necesitó ser tocada y los 2463km de distancia que nos separan, le pesaron más que mi incierto tacto.

Y allí me quedé yo como siempre esperandola cada noche, sin saber a que olía su cabello o que balbuceaba con su almohada entre sueños, me quedé con unas flores en la mano que jamás iba a poder entregarle y con un te amo atrapado violentamente entre los labios.

Poema original de @victoriadimeco Fotografía

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