Un golpe electoral que duele: LLA se lleva una derrota en Buenos Aires

Las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires votadas el domingo 7 de septiembre de 2025 dejaron una advertencia clara, una demostracion, el experimento radical que Milei encarna no caló en el gran cinturón electoral que es la provincia más poblada del país, los números que cuentan:

Con más del 98% de las mesas escrutadas, la coalición peronista Fuerza Patria se impuso con un 47,28% de los votos, mientras que La Libertad Avanza quedó segunda con 33,71%. La diferencia casi 14 puntos no es un mero margen, sino una fractura profunda que revela lo que el voto está señalando.

Ese resultado arranca privilegios: se renovaron 46 bancas de diputados y 23 de senadores provinciales, y el peronismo avanzó con fuerza: ganó 21 bancas en diputados contra 18 de LLA, y logró el quórum propio de 24 senadores, dejando a LLA con 16.

¿Qué significa el revés?

Un cierre forzado del experimento radical: Milei aterrizó con su discurso “anti-casta” y un plan de liquidación del Estado. Esa narrativa prendió en ciertos sectores más que nada en los jóvenes ingenuos y gente enojada, pero desde mi perspectiva sabía que era meramente discursivo, y no lo real, frente a esto la alianza con los sectores más privilegiados del pais, como la propia casta que se unió el presidente y que festejaba cada toma de decisiones que no paraba de beneficiar a aquellos sectores que supuestamente venía a eliminar.

Un voto que duele: Buenos Aires concentra casi el 40% del padrón nacional. Esta derrota no es anecdótica: anticipa un escenario peligroso para el gobierno en el Congreso nacional si ocurre algo similar en los próximas elecciones, algo que me da una mínima esperanza al saber que todo lo malo que sucede hoy será un reflejo de una sociedad que se tomara como propia el hecho de sentirse estafados, creerse una mentira, y seguir votando quienes te venden la guillotina.

El voto fue una advertencia colectiva. No solo fue un rechazo a la coyuntura, sino al modelo de ajuste sin red. Cuando las recetas prometen aliviar la presión inflacionaria, pero dejan tirada a la precariedad, el electorado responde.

La política es también institucionalidad. Puede parecer romántico gritar desde afuera, pero, como sabemos de laburo y política real, gobernar no se hace solo con consignas: requiere poder, acuerdos y convivencia institucional. Con este resultado, la bicicleta de Milei queda seriamente frenada en el Congreso.

Sin ninguna máquina peronista, sí ganó la política territorial. El voto no fue capricho de redes sociales: fue movilización territorial, redes sociales reales, militancia de abajo que llevó gente a votar.

El costo social será pesado si no hay revisión. Milei puede mantener "orden fiscal" entre la mentira, pero si ese orden está construido desde el ajuste sin compensación a los de siempre los que menos tienen la queja acumulada sale otra vez a la calle.

El revés electoral bonaerense no es solo un dato más: es una señal de que la bronca no siempre se convierte en adhesión. El voto defendió lo común, lo cuidado, lo que funciona institucionalmente. Desde nuestro lugar de laburantes: críticos, zurdos y en pie contra los privilegios sabemos que gobernar exige más que gritos y tuits: requiere escucha, diálogo y protección de los derechos que el neoliberalismo siempre pone en riesgo, algo que sabíamos de ante mano que no sucedería, puesto que el electorado es más ignorante ya que quien trabaja más de 14 horas al día sin poder pensar en derecha o izquierda, votara lo que escucha en la radio, y sabemos quienes gobiernan los medios de comunicación, gobernaran el pensamiento común del pueblo.

Espero que la gente se de cuenta que un gobierno que roba, quita subsidios a quienes más lo necesitan como a la gente con discapacidad, le saca la jubilación a jubilados, y se junta con los que estuvieron desde siempre en la política en contra del pueblo, nunca pero nunca estarán del mismo lado que el trabajador, y mucho menos de la gente del lado del pueblo.

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