Familia de alma, benditos seres [Esp-Eng]
Se dice que uno no escoge la familia de sangre, pero hay seres que llegan a tu vida, escogidos o no, y se convierten en tu familia de alma. Sucede también que muchas veces cuando tu familia de sangre te da la espalda, tu familia de alma permanece. Los amigos van por ahí catalizando tus sueños, alimentando con dosis justas tu esperanza. Así, en la palmadita oportuna en el hombro, en el abrazo restaurador, en el consejo y hasta en algún regaño, van sus cosechas de tino. Un amigo es un bálsamo, un manantial, la burbuja donde refugiarse por momentos del mundo para luego salir a golpearlo sin temor. Pero qué pasa cuando un amigo se va, se aleja geográficamente hablando. Uno siente que no está completo, que le falta algo, hasta que terminamos por adaptarnos a regañadientes, a convivir sin esa parte del puzzle. Hace poco una amiga visitó mi hogar, me trajo algunas manualidades que saben que me encantan, algunos aretes artesanales y unas cuantas hojas para que mis niños dibujen y yo escriba como me gusta: grafito en manos. No sé por qué noté una mezcla de alegría y dolor en su mirada, me dijo palabras conmovedoras, las que por venir de ella no extrañé. Me abrazó con el cariño de siempre y luego se marchó. Mi amiga no pudo despedirse, no es que no quisiera, lo sé, es que no pudo. Unos días después supe que se había ido del país, no tuvo el valor de despedirse. Han pasado solo unos días y la extraño mucho. Es esa clase de persona que no es fácil de copiar por su nobleza mayúscula. Confieso que aunque me duela, estoy feliz por ella. Sé que, junto a su hija y esposo, tendrá un mejor futuro. No es la primera amistad que parte al "primer mundo", pero siempre duele como si fuera la primera vez. Ahora miro una agenda que me regaló mi amiga. Puso mi nombre junto a una mariposa. No sé por qué a lo largo de mi vida varias personas me han asociado con ese insecto. Quizás por la metamorfosis que implica salir adelante a toda costa, de oruga volverse mariposa y todo ello sin perder la ternura. No sé, lo cierto es que al ver el detalle de la creación, imaginé el cariño depositado en el proceso. Ahora ni siquiera me atrevo a escribir en la agenda. Quizás la deje para poemas, vaya usted a saber, pero intentaré cuidarla. Una bonita manera de decir: te quiero.
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Family of soul, blessed beings [Esp-Eng]
It is said that one does not choose the family of blood, but there are beings who come into your life, chosen or not, and become your soul family. It also happens that many times when your blood family turns its back on you, your soul family remains. Friends go around catalyzing your dreams, feeding with just right doses of hope. So, in the timely pat on the shoulder, in the restorative embrace, in the council and even in some scolding, go their crops of wisdom. A friend is a balm, a spring, the bubble where to take refuge for moments of the world and then go out to hit it without fear. But what happens when a friend goes away, geographically speaking. One feels that it is not complete, that it lacks something, until we end up adapting reluctantly, to live together without that part of the puzzle. Recently a friend visited my home, brought me some crafts that they know I love, some handmade earrings and some leaves for my children to draw and I write as I like: graphite in hands. I don’t know why I noticed a mixture of joy and pain in her eyes, she said words that touched me, which for coming from her I didn’t miss. He hugged me with the usual affection and then left. My friend couldn’t say goodbye, it’s not that she didn’t want to, I know, it’s that she couldn’t. A few days later I found out that she had left the country, didn’t have the courage to say goodbye. It’s only been a few days and I miss her very much. He is the kind of person who is not easy to copy for his capital nobility. I confess that although it hurts me, I am happy for her. I know that, together with her daughter and husband, she will have a better future. It is not the first friendship that leaves the "first world", but always hurts as if it were the first time. Now I look at an agenda my friend gave me. She put my name next to a butterfly. I don’t know why throughout my life several people have associated me with that insect. Perhaps because of the metamorphosis that involves going ahead at all costs, from caterpillar to butterfly and all without losing tenderness. I don’t know, the truth is that seeing the detail of the creation, I imagined the affection deposited in the process. Now I don’t even dare to write on the agenda. Maybe I leave it for poems, you’ll know, but I will try to take care of it. A nice way to say: I love you.
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