El origen de su nombre
Mercurio está relacionado con el Dios del mismo nombre por las virtudes de movilidad y velocidad asociadas a dicha figura mitológica y en alquimia a uno de los planetas de nuestro sistema solar. En la naturaleza suele encontrarse como sulfuro de mercurio o cinabrio.
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Paradójicamente siendo uno de los metales más tóxicos del planeta después del plutonio y el uranio, es utilizado en múltiples aplicaciones en los campos de la minería (por su facilidad de formar amalgamas o mezcla con el oro y la plata), industria manufacturera, química y medicina. Como otros metales reacciona al calor dilatándose. Esta característica le permitió ser utilizado en muchos equipos e instrumentos como termómetros y barómetros.
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El envenenamiento por exposición al mercurio afecta significativamente los sistemas nervioso central y hepático. La contaminación por mercurio puede resultar de usar amalgamas dentales (constituidas en un 50% de mercurio), consumir altas cantidades de pescados de gran tamaño, por el contacto directo con sus compuestos orgánicos e incluso por las vacunas que contienen timerosal como conservantes y que actualmente aún se encuentran en el esquema de inmunización en algunos paises.
En las últimas décadas se ha vinculado al mercurio con el crecimiento a nivel mundial de la población de niños con desordenes del neurodesarrollo, debido a la similitud de los efectos de envenenamiento por la exposición a este metal, con la sintomatología de dichos desordenes.
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Mercurio
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El Mercurio se puede encontrar en dos formas,
Inorgánico y Orgánico. El Mercurio
Inórganico es el mercurio metálico, ese que encontramos en la punta de los termómetros y sus compuestos llamados sales, mientras que el mercurio
Orgánico esta dividido en tres formas Metilmercurio, Etilmercurio y Fenilmercurio, siendo el primero de estos catalogado como el más tóxico.
El
Etilmercurio o Timerosal también conocido como etilmercuritiosalícilico (C
9H
9HgNaO
2S) es utilizado como conservante para evitar el crecimiento de bacterias y hongos en algunas vacunas pediátricas tipo multidosis, como las vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), la hepatitis B, la rabia, la gripe y las infecciones por Haemophilus influenzae de tipo b (Hib) y meningococos.

Etilmercurio. Imagen de mi autoría
La evidencia científica en estudios de salud reproductiva, toxicológicos, biomoleculares, ecológicos y epidemiológicos han señalado al Timerosal como posible agente causal, agravante o detonante de estos desordenes de neurodesarrollo, debido a su alta inestabilidad y liposolubilidad en el organismo, una vez que se disocia dentro de él, permitiéndole atravesar las barreras hematoencefálicas y placentarias en las etapas de mayor vulnerabilidad del crecimiento fetal e infantil y afectando de esta manera el sistema nervioso central y hepático del infante.