
Saludos amigos de esta preciosa comunidad de @holoslotus que invita a reflexionar y hacer @catharsis de cada cosa que nos ocurre a diario.
Hace poco hice una publicación acerca de la enfermedad que aquejaba a mi suegra y de que todos nos habíamos puesto en función de su salud mental y de sus cuidados paliativos.
El pasado día 28 la vida puso fin a su existencia a pesar de todos los cuidados que tenía. En estos tiempos Cuba atraviesa por una triada de virus y nadie esta exento del contagio, no hay seguridad que ella haya contraido un tipo de virus pero es lo más probable.
Ese día además de los virus, la parte Oriental del país atravesaba para la contingencia del huracán Melisa, todo fue una gran locura llena de frustración. Mi suegra estaba junto a su hija en un lugar lejos de mi casa por lo que se nos imposibilitó mucho ir hasta su hogar y juntos compartir ese momento tan doloroso.
Por la contingencia no se pudo ni hacer funeral ni nada, desde ese día estuvo en una cámara fría hasta que se restableció la provincia de estado de alerta hasta la recuperación. La llevaron a la funeraria pero el paso desde la zona rural donde vivimos hasta la ciudad estaba obstruido por árboles y postes de alumbrados caídos.
Yo siento mucho dolor por no haber podido darle el último adiós, también sé que en ese ataúd sólo estaba su cuerpo porque su alma debe haberse ido con el señor hasta el momento de su venida.
Me quedan los momentos buenos y también los que no fueron tan buenos, la conocí hace 27 años, más de de la mitad de mi vida, gracias a Dios teníamos una relación súper buena, no me puedo quejar de ella en lo absoluto, una persona maravillosa, se rompe todos los conceptos erróneos acerca de las suegras y lo digo desde el fondo de mi corazón.

Ella era una persona súper alegre y empática, trataba siempre de ir acorde a los tiempos. La quise mucho y la voy a recordar siempre con esa alegría que la caracterizaba. No soy de guardar luto aunque vivo los duelos muy dentro de mi corazón, hago todo en vida por las personas que amo. Nunca tengo cargo de conciencia porque me considero una persona que lo da todo por su gente.
Falleció a sus 77 años, muy querida por todos se llama Nora Elia, tuvo 2 hijos, una hembra y un varón con el que comparto mi vida y padre de mis hijos.
Esta publicación se la dedico a ella, también soy de las que piensa que llenar de flores una sala funeraria más que una tradición es un acto de conciencia, no me gusta poner coronas, creo que es un recurso que se gasta en vano, es mejor dar todo en vida, alimentación, bienestar, fomentar un estilo de vida saludable y dar amor, mucho amor.
Nunca se deben colgar más flores que cuidados. Esa es mi opinión, todo el mundo no asimila la vida y la muerte de la misma forma pero ser realista nos ayuda a sobrellevar los embates de la vida. Bajo ese concepto estoy educando a mis hijos, espero no estar equivocada.
