Cuando las cosas no salen como te lo esperas | When things do not come out as you expect it

*Estoy cansada, jefe.* Amo las plantas, y tengo gatos en casa. Cada gato es distinto, pero el menor de ellos, no sé por qué siempre ataca las plantas. En esta ocasión acabo de forma definitiva con un regalo. Tenía la idea de regalarle a mis profesores cactus de mi jardín para la presentación de pasantías, pero, no sé si eso sea posible. Ya no queda ni uno de los pequeños vivos. Y los grandes tienen pocos hijos. Lo peor del caso es que falta poco para empezar el semestre, y esta fecha es la misma para la presentación de pasantías, de acuerdo con lo que dijo el profesor. Claramente, tendré que buscar otro regalo, o ver si en este corto tiempo crecen los cactus, o, encuentro alguno en el jardín que no haya visto. Tengo que buscar con calma, en este momento no tengo ganas de buscar. Hace mucho sol, y la verdad es que estoy un poco molesta. Lo he intentado todo. He creado hasta técnicas para evitar que ataque a las plantas. Sobre todo usando cactus. Se supone que te pinchan, y duele, eso debería de mantenerlo lejos de ellos, pero no es así. No sé cómo hace para atacar cactus. Me deja desconcertada. *¿Qué hago? * Las técnicas no funcionan con este gato en particular. Por lo que temo por el vivero que estoy construyendo, de hecho, ahora tengo menos plantas por esto. Se me ocurre colocar las plantas en algún lugar donde no tenga acceso, es lo único disponible. Después de todo, es nuestro gato. Aunque es difícil tener plantas y gatos, hay que hacer lo posible. Porque así es la vida. Las cosas no siempre suceden como lo esperas. Quería regalar cactus enraizados, ahora no sé qué me depare el destino en cuanto a regalos. Sé que pensaré en algo que sea bonito y significativo. Y sé que lograré que mi gato no toque las plantas. No sé cómo, tampoco sé cuándo lo logre o cuando funcione. La incertidumbre es parte de esto. Y me recuerda un poco al trabajo de oficina al llegar y que a veces te encontrarás con todo lo contrario a lo que esperabas. ¿Estresa? Si. ¿Puede dejarte en blanco? Puede que también. De lo que estoy segura es que solo es un mal acontecimiento. Me molesta, me estresa un poco. Pero vamos, hay que continuar, ver qué se hace. Aunque esto es algo bastante simple, una situación que no amerita mucho drama. Es un pequeño ejemplo de la vida. A veces pasan cosas que no nos esperamos, incluso, creo que hay cosas peores. Cosas que nos hacen preguntarnos la razón de ello. Y a las que quizás no les encontremos respuesta. Lo cual me ha pasado en algunas ocasiones. Por lo que admito que me he torturado en unas cuantas solo pensando: ¿por qué? Sin embargo, con el tiempo descubrí algo. Bueno, mi hermana me hizo descubrirlo mientras le contaba una situación, a la que ella respondió: *Deja eso, si no es algo que depende de ti, y si no puedes hacer nada, déjalo ir.* Es mi hermana menor, por lo general yo aconsejo, y esta vez fui la aconsejada. Y en ese consejo conseguí algo increíblemente valioso. Así que desde ese momento siento que manejo las cosas mejor. Me voy a escuchar algo de música (algo que hago muy poco), al jardín (en esta ocasión no lo hago porque me estresa verlo), o me pongo a escribir (lo que hago en este momento). Poco a poco ese "dejarlo ir", lo voy aplicando. Pero no fue sencillo, siento que a lo que más me costó aplicarlo fue a las relaciones de pareja. Ese desapego, ese "me voy porque esto no funciona o me hace daño". Lo que me parece increíble ahora que lo veo, porque ¿cómo estás con alguien que te hace daño? Solo que en esos momentos yo no lo veía así, no lo entendía del todo. Y ahora que sí, me siento libre. Esa libertad que te da no depender emocionalmente, o de alguna situación, o, incluso, de un sentimiento. Hace rato estaba molesta y desconcertada. ¿Cactus?, ¿en serio? Todavía no lo creo, pero al menos molesta ya no estoy. Por lo que mi forma de dejarlo ir es pensar en que es un gato, los gatos solo hacen las cosas y ya, ellos no son como los humanos que nos complicamos la vida. Ellos van, se suben al mesón y tiran con la pata algún plato. No importa si cayó al piso y se hizo pedazos, ellos solo continúan caminando por el mesón tranquilamente. Si pensamos en ello como humanos, sería un poco descarado, y terrible que una persona lo hiciera. ¿Por qué rompes un plato? ¿Te has vuelto demente? Así que no lo aplicaría a cosas que se rompen, sino a solo continuar ante las situaciones y las cosas. Aunque sé que he usado un ejemplo que puede no ser la gran cosa, es común en mi vida porque así son mis gatos, y solo decido plantar más plantas, y continuar con estos peludos malcriados.