Dentro de todo el proceso que voy viviendo una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer es realmente conocer quién soy, quién he sido y quién quiero ser.
A veces creemos que porque ya tenemos cierta edad ya estamos totalmente formados y tenemos determinados nuestros sueños de vida, que se supone que sabemos lo que queremos y que si somos adultos hasta ya sabemos cómo lograrlos.
Una de las cosas que me llevó a un estado depresivo profundo fue hacerme preguntas bastantes existencialistas, como: ¿Qué realmente vine a hacer a este mundo? ¿Realmente soy libre de ser como quisiera? ¿Qué puedo hacer para cambiar lo que soy? Y así muchas otras preguntas que fueron haciendo que llegara a conclusiones que me llenaron de mucha tristeza y frustración.
Cuando somos tan inquisitivos y estamos todo el día pensando en los cómo, muchas veces nos olvidamos de ser. Es muy difícil para mi no pensar en el futuro, siempre me estoy preguntando cómo puedo llegar a esos sueños que tengo y al final gana la utopía y termino sintiendo que no vale la pena el gasto de energía si al final no voy a lograr lo soñado.
He pensado interminables veces en el suicidio, cómo, dónde, cuándo y sólo me frena el sufrimiento que esto pudiera generar en los que amo. Sin embargo es un pensamiento que vive en mi cabeza día y noche, ya que aunque me digan lo afortunada que soy por muchas cosas, siento que lo que deseo nunca se va a cumplir y que ser conformista con lo que me ha tocado es algo así como mediocre.
Ahora, ha habido momentos de mi vida que no decidí pero no los cambiaría, ejemplo : tener a mis hijos. Conocer a mi esposo. Sacando eso de la ecuación siempre siento que mi vida debería tener un sentido más grande. Uno de mis sueños es viajar por el mundo, y a veces siento que es algo que nunca lograré por el país donde vivo y por las circunstancias actuales, sé que todo pasa, pero en mi momento presente no logro ver más allá y eso hace que mi tiempo se llene de la pregunta ¿Para qué estoy viviendo?
Estoy leyendo el libro "El valor de elegir" de Fernando Savater y esto sólo me ha traido momentos donde quedo en un bucle de sentimientos dónde pienso que nunca he sido libre. La libertad siempre ha sido mi palabra favorita, pero mientras más leo y mientras más veo el mundo global siento que somos sólo títeres y que jamás seremos libres a no ser que que salgamos del sistema.
Hoy día, estoy menos emocional por mis tratamientos químicos. Pero a nivel intelectual siento que sigo rumiando miles de ideas, pensamientos y futuros utópicos, aún me siento perdida sobre qué debo hacer en los años que restan por vivir, aún me siento en un limbo existencial, aún siento que estoy en el proceso de la muerte de mi viejo yo.
Lo más dificil de los momentos de transformación son "los otros", en mi caso, sentir que todo mi proceso puede molestar o fastidiar al otro (amigos, familiares, conocidos) hace que la ansiedad aumente, porque a veces siento que las personas no respetan los ritmos individuales y hay actitudes como de: ¿Hasta cuándo vas a estar deprimida? ¿No será que te gusta ser víctima? ¿Cuánto tiempo vas a estar así? Osea, es como ¡Ya, mejórate, Que fastidias!
La vida, es algo que me cuestiono cada día, converso todo el tiempo con mi esposo sobre ella, creo que tener a alguien a mi lado que ame la filosofía ha sido una ventaja, porque me da chance de procesar mis pensamientos, de sacarlos y tratar de comprenderlos y que no se transformen en un nudo emocional en mi pecho que sólo me lleve al llanto indefinido.
Para salir de todo esto, estoy tratando de conocerme de nuevo, hay tantas cosas que ya no soy, y luchar con la idealización de los demás sobre mí es algo rudo. Porque muchos dicen : ¡Pero si tu eres así, o tu no eres así! Y cuesta responder; ¡Es que no sé quién soy! Y da miedo convertirse en algo distinto ya que sientes que el resto no va a aceptar tus cambios por la imágen que ya tienen de ti y no quieren soltar.
Bueno, hasta aquí esta reflexión de hoy. No sé en que terminará toda este proceso, pero como en los escritos de Platón, ojalá logre salir de la caverna.
Un abrazo gigante .
Gracias por dedicar tiempo valioso de tu vida a leerme
Imágen propia.