Tenía más de un mes deseando comer helado, pero como tenía gastritis y aún ando con el estómago sensible, no podia. Entonces, una amiga que es como mi hermana nos llevó en su carro a Mykonos, una heladería donde los helados son a base de yogurt por recomendación de mi hija Anji.
Planeamos la salida, y nos fuimos mi amiga y su hijita, César, mi hija Anji y yo. Y realmente la pasamos genial.
Tenía años que mi paladar no tenía un orgasmo gustativo, no hay otra forma de describirlo. Cada uno pidió algo distinto, los precios son accesibles desde $1.5 hasta $10 dependiendo del tamaño y los toppings.
Yo pedí uno mediano con topping de crema de almendras, pistacho, mango y kiwi. César pidió uno de granola y miel y ese fue el favorito de todos. Algo sencillo pero que tenía un sabor a cielo. El lugar trata de evocar un pedacito de grecia y la experiencia es muy buena, ya que es un ambiente bastante minimalista y te da tranquilidad.
Para mi lo más importante fue disfrutar el compartir familiar, conversamos, nos reimos, compartimos nuestras apreciaciones de los sabores y pasamos un rato distinto, desconectados como por dos horas de la cotidianidad.
Aunque son experiencias que no se viven tan seguido, en mi caso son curitas para el alma que me van ayudando en mi proceso.
Que vivan los helados de yogurt... Tengo un nuevo amor en postres. Ja ja ja.
¿Has comido helados de yogurt o ido a un sitio parecido?
Gracias por ser parte de este pedacito de mi vida.
Abrazo
Zully💞
Imágenes propias
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