Hace unos días publiqué un post de mi retorno a Araya (ver aquí), como decía, esa vez de vistas no presentadas antes por mí, pues ya lo había hecho muchas veces antes sobre el Castillo y el mar.
Aparte del deleitable paisaje marino de Araya, otro de sus panoramas privilegiados es el de las salinas. Estas se remontan (entre 1500 y 1648) a los primeros años de la conquista española desde su descubrimiento hasta el inicio de su explotación, pasando por el enfrentamiento con los piratas holandeses; esto último, como se puede leer en la referencia, fue lo que hizo que el imperio español construyera en 1630 la Real Fortaleza Santiago de Arroyo de Araya, conocido como Castillo de Araya.
Las salinas de Araya fueron, pues, una de las primeras de las tierras americanas. Su aprovechamiento ha pasado por diferentes etapas: desde las más crudas fases de penuria —como la que muestra la cineasta venezolana Margot Benacerraf en su premiado documental: Araya—, otras de gran éxito industrial y comercial, hasta las de la corrupción, decadencia y olvido.
El trabajo en las salinas llegó a convertirse en la principal fuente de la economía de sus pobladores, desplazando a la tradicional pesca. En los tiempos recientes, esta ha resurgido, añadiéndose la actividad turística nacional e internacional, y el comercio interno, con posadas, restaurantes, pequeños mercados, etc.
Una de mis motivaciones para esta nueva visita a Araya fue la de recoger fotográficamente, a mi modo, la presencia de las salinas, pues no había podido hacerlo antes por diferentes razones. Pero la suerte no me acompañó, ya que, por las frecuentes lluvias de los últimos meses, no se ha cristalizado la sal o se ha diluido (no conozco la explicación técnica).
De modo que asumí esa realidad, e hice fotos de esa tierra seca, salitrosa y barrosa, donde se forma la sal, que para mí sigue teniendo mucha belleza: la de la aridez, la carencia y lo inefable.
Posiblemente, no sea un viaje muy atractivo para algunos. Para mí lo es.
Esta es la laguna que se va formando con el agua de mar que entra por canales dispuestos, para luego drenar al espacio donde irá cristalizando la sal. This is the lagoon that forms with seawater entering through channels, which then drains into the space where salt will form.
Así se ve actualmente el terreno donde la sal debe formarse: un espacio ya de por sí árido, ocupado por una "ilusión" de sal. This is what the land where salt should form currently looks like: an already arid space, occupied by an “illusion” of salt.
Este es el panorama real de las salinas en este tiempo, que esperamos sea pasajero, y se recupere su producción de ese mineral tan esencial que nos provee. This is the current situation at the salt flats, which we hope will be temporary, and that production of this essential mineral will recover.
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