La maravilla de la naturaleza, especialmente de nuestra flora, nos puede sorprender en cualquier lugar y momento. Es el milagro del asombro sencillo, cotidiano, ese que, seguramente, acompañó a nuestro hoy santo, San José Gregorio Hernández, a quien quiero dedicar este modesto post fotográfico. También para Santa Carmen Rendiles. Para ellos estas flores que capté fotográficamente en un ambiente popular en Araya (Venezuela). Sobran las palabras.



Gracias por su atención.

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