Hello, friends of Holos & Lotus.
I'm extremely happy to participate in @neuropoeta's first initiative on optimism. This is his first time as a columnist (he precedes me in this responsibility), and he does so with an excellent topic.
For me, optimism is an attitude toward life. Optimism is an act of faith.
Personally, I always look to the future (my future) with optimism. Unfortunately, I know there are things that will improve after a crisis hits.
The thing is, you can't look at it any differently. We can't move forward thinking, "I won't be able to do it, everything will go wrong." We have to think positively if we want positive things to happen to us. It's a scientific, psychological, and magical/energetic issue, depending on the perspective you look at it from.
From a scientific perspective, there's been talk about something that makes a lot of sense to me. It's known that our synapses are made by electrical currents. The vast neural network is constantly traversed by electricity. In fact, every cell in us can emit electricity. What is electricity if not energy?
Perhaps that's where the expression bad energy comes from.
Therefore, there's a theory that if we think positive thoughts, we emit positive thoughts into the world, and that generates resonance in others, in the universe.
If we look at it from a psychological perspective (and here our great friend and specialist @sicologopoeta can expand on this in greater detail), if we already think something will go wrong, then we start out feeling defeated, and you can stamp it with the belief that it will go wrong. On the contrary, if you are optimistic and believe it will turn out well, that you can do it, then the chances of it turning out well are very high.
When we dwell on negative thoughts, depression will take hold. However, with optimism, no one will be able to take the smile off our faces.
Magic is not entirely unrelated to all of this. We can read this in Carlos Castaneda's books. From the very first The Teachings of Don Juan, Castaneda speaks to us about intention or intent. It is our will, our desires and intentions, which can, literally, change reality. Our reality.
This is what I believe in with all my soul. You can call it optimism, but it's also an act of faith.
I have to believe that everything will turn out well. I have to believe in myself, in my family, in my friends, in magic, in God... I have to believe it, or else it's worthless.
It's no good telling ourselves everything will be fine if we don't really believe it. We can fool anyone, but ourselves? I don't believe it.
We have to believe in ourselves and in what we can achieve. Of course, with our feet on the ground. Optimism is one thing, and delusions of grandeur or foolishness are quite another.
On the other hand, remember my previous post about Murphy's Law: if something can go wrong, it will, so what we have to do is think carefully. As the saying goes: God helps those who help themselves*. And this isn't referring to the literal biblical sense, but rather to the fact that God is always willing to help us, but we have to do our part too.
So, keep your feet on the ground and your dreams in the sky. Think and plan your future well; set goals to achieve, and, as my wife @elviguitarra says, cooperate with the inevitable. Remember that everything happens for a reason and every cloud has a silver lining. So, look to the future with optimism, and so it will be.
At least, that's what I do. Of course, I'm human, and it's normal for me to have my crisis of faith from time to time, my low, so to speak. Even Jesus Christ himself doubted on the Mount of Olives. How could I, a mere mortal, not?
Fortunately, I have my family who lifts me up and makes me change my thinking and attitude, and they support me. Seeing them this way, all the gray clouds dissipate, and the sun of optimism shines once again in the future.
Versión en español
Hola, amigos de Holos & Lotus.
Me alegra de sobremanera participar en la primera iniciativa de @neuropoeta sobre el optimismo. Es su primera vez como columnista (me precede en esta responsabilidad) y lo hace con un excelente tema.
Para mí, el optimismo es una actitud ante la vida. El optimismo es un acto de fe.
En lo personal, siempre miro al futuro (mi futuro) con optimismo. Lamentablemente, sé que hay cosas que mejorarán, luego de que se arme una crisis.
Es que no se puede mirar de forma diferente. No podemos avanzar pensando no podré hacerlo, todo saldrá mal. Tenemos que pensar en cosas positivas si queremos que nos sucedan cosas positivas. Es una cuestión tanto científica, como sicológica y mágico/energético, en dependencia desde el punto de vista en que se mire.
Desde el punto de vista científico se ha hablado de algo a lo que le veo mucho de sentido. Se sabe que nuestra sinapsis se realiza mediante corrientes eléctricas. La inmensa red neuronal es atravesada constantemente por electricidad. De hecho, cada célula nuestra puede emitir electricidad. ¿Qué es la electricidad sino energía?
Quizás de ahí viene la expresión mala energía.
Por tanto, hay una teoría de que si pensamos cosas positivas, emitimos pensamientos positivos al mundo y eso genera resonancia en los demás, en el universo.
Si lo miramos desde la sicología (y aquí nuestro gran amigo y especialista @sicologopoeta puede ampliar con mayor detalle), si ya pensamos que algo saldrá mal, entonces comenzamos derrotados y puedes ponerle el cuño de que saldrá mal. Por el contrario, si eres optimista y crees que saldrá bien, que puedes hacerlo, pues las probabilidades de que salga bien, son muy altas.
Al estar con pensamientos negativos, la depresión se apoderará de nosotros. Sin embargo, con optimismo nadie podrá quitarnos la sonrisa del rostro.
La magia no está muy desligada de todo esto. Eso podemos leerlo en los libros de Carlos Castaneda. Desde el primero Las enseñanzas de Don Juan, Castaneda nos habla de la intención o intento. Es nuestra voluntad, nuestros deseos e intenciones, que pueden, literalmente, modificar la realidad. Nuestra realidad.
En esto es en lo que yo creo con toda mi alma. Pueden llamarlo optimismo, pero también es un acto de fe.
Tengo que creer en que todo saldrá bien. Tengo que creer en mí, en mi familia, en mis amigos, en la magia, en Dios... tengo que creerlo o de lo contrario, de nada vale.
No vale que nos repitamos que todo saldrá bien, si en realidad no lo creemos. Podemos engañar a cualquier persona, pero ¿a nosotros mismos? No lo creo.
Tenemos que creer en nosotros y en lo que podemos lograr. Claro, con los pies en la tierra. Una cosa es optimismo y otra bien diferente es el delirio de grandeza o la insensatez.
Por otro lado, recuerden mi post anterior sobre la ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá mal, de modo que, lo que tenemos que hacer es pensar bien. Ya lo dice el dicho: Dios ayuda al que se ayuda*. Y no se refiere al sentido bíblico literal, sino a que, Dios siempre está dispuesto a ayudarnos, pero tenemos que poner de nuestra parte también.
Así que, pon los pies en la tierra y los sueños en el cielo. Piensa y planifica bien tu futuro; establécete metas a cumplir y, como dice mi esposa @elviguitarra, coopera con lo inevitable. Recuerda que todo sucede por alguna razón y no hay mal que por bien no venga. Así que, mira al futuro con optimismo y así será.
Al menos, eso es lo que hago. Por supuesto, soy humano y es normal que, de vez en cuando, tenga mi crisis de fe, mi bajón, por llamarlo de alguna manera. Es que hasta el propio Jesucristo dudó en el monte de los olivos. ¿Cómo no habré de hacerlo yo, simple mortal?
Por suerte, tengo a mi familia que me levanta y me hace cambiar el pensamiento, mi actitud y me respaldan. Al verlos de ese modo, todas las nubes grises se disipan y el sol del optimismo vuelve a brillar en el futuro.