Saludos, familia de @holos&lotus, con mucho placer he leído la iniciativa de @lilianajimenez relacionada con el tema de las supersticiones; pues con el mismo se abre una puerta ancha para dar paso a la interculturalidad, lo que propicia no solo el intercambio, sino también el conocimiento de otras realidades.
Recurso En sentido general considero que los latinoamericanos somos supersticiosos, por lo tanto, mi mayor respeto para los que lo son y también para los que no lo creen en supersticiones, pues cada persona es libre de pensar como considere conveniente y no se le debe reprochar. Siempre recuerdo que José Martí dijo que la ley primera de la república debía ser el culto a la dignidad plena del hombre. Ante todo vale tener presente que fuimos colonizados por los españoles, quienes eran muy supersticiosos, lo que se incrementó, o mejor dicho, se multiplicó cuando trajeron a los africanos en condición de esclavos, pues con ellos también llegaron nuevas creencias; por tanto el cúmulo de supersticiones se considerablemente mayor, dando origen a lo que conocemos como sincretismo religioso. En la actualidad nuestros pueblos, afianzados a sus tradiciones, conservan un rico caudal de supersticiones que si alguien se aferra a ellas, seguro que vivirá con mucho trabajo, pues a cada paso encuentras con preceptos como: “no pases debajo de una escalera”, o “debajo de una tendedera”; “entrar con el pie derecho”, “cuando vayas a una casa debes salir por donde mismo entraste”… en fin son muchísimas las supersticiones. Existe la tendencia a aseverar que las personas mayores son las supersticiosas, olvidando la influencia que ellas ejercen en los más jóvenes y hasta en los niños. Ahora me viene a la mente una ocasión en que iba en un ómnibus lleno de estudiantes de preuniversitario, y al cruzar la línea del tren, todos los que iban sentados levantaron los pies e indujeron a que todos lo hicieran.
Un
Recurso Pero la gran sorpresa la tuve un día en que estaba tutorando la tesis de una diplomante de la carrera de Estudios Socioculturales. En esa oportunidad la atendí en mi casa, pero como la computadora que yo tenía no era laptop, y el cuarto de estudio estaba próximo al dormitorio; cuando comenzamos a trabajar, mi esposa al verla pasando trabajo con una sombrilla que llevaba, se la pidió para ponerla encima de la cama, que estaba cerca; aquella joven saltó como un resorte diciéndole que no lo hiciera; ante nuestro asombro, sonrió y nos dijo que era “malo” poner sombrillas sobre las camas. Como hemos visto ser supersticioso a veces nos pone en situaciones bastante complicadas, pero eso no les hace daño a nadie, solo que ocasiona algunas incomodidades, sobre todo cuando alguien pregunta. En lo personal poseo algunas creencias, como por ejemplo el “mal de ojo”, sobre todo con los niños chiquitos; pero, aunque no profeso ninguna religión, tengo mucha fe en Dios. De manera general, considero que las supersticiones constituyen un poderoso componente cultural en nuestros pueblos, así como que la creencia en algunas de ellas no es perjudicial; pero cuando se trata de personas en las cuales se convierten en fanatismo, entonces sí pueden convertirse en un serio problema, ya que (aunque no soy especialista), creo que pueden ocasionar trastornos psíquicos. En este sentido pienso que no debemos transgredir los límites de lo que pudiera considerarse normal, a fin de preservar nuestro bienestar. Muchas gracias por leer. Quedaré muy agradecido con sus comentarios. Las fotos fueron tomadas de pixabay.com. Texto traducido al inglés por el traductor de Google.
ENGISH VERSION.
The dilemma of superstitions. Greetings, @holos&lotus family, I was delighted to read @lilianajimenez's initiative on the topic of superstitions; it opens a door to interculturality, which fosters not only exchange but also understanding of other realities.
Resource In general, I consider Latin Americans to be superstitious. Therefore, my greatest respect goes to those who are, as well as to those who don't believe in superstitions, since everyone is free to think as they see fit and should not be reproached. I always remember that José Martí said that the first law of the republic should be the worship of the full dignity of man. First of all, it's worth keeping in mind that we were colonized by the Spanish, who were very superstitious. This increased, or rather, multiplied, when they brought Africans as slaves, because with them came new beliefs. Therefore, the accumulation of superstitions increased considerably, giving rise to what we know as religious syncretism. Today, our towns, rooted in their traditions, preserve a rich wealth of superstitions. If anyone clings to them, they will surely have a hard time living, because at every turn you encounter precepts such as: "don't walk under a ladder" or "under a clothesline"; "enter with your right foot"; "when you enter a house, you must leave the same way you came in"… in short, there are countless superstitions. There is a tendency to assert that older people are superstitious, forgetting the influence they have on younger people and even children. I now recall a time when I was on a bus full of high school students, and as we crossed the train line, everyone sitting down raised their feet and encouraged everyone else to do so.
Resource](https://pixabay.com/es/photos/coche-antiguo-mercedes-autob%C3%BAs-2678581/) But the big surprise came one day when I was tutoring a graduate student's thesis in Sociocultural Studies. That time, I assisted her at my home, but since my computer wasn't a laptop and the study was next to the bedroom, when we started working, my wife saw her struggling with an umbrella she was carrying and asked her to put it over the bed, which was nearby. The young woman jumped up like a spring, telling her not to do that. To our astonishment, she smiled and told us that it was "bad" to put umbrellas over beds. As we've seen, being superstitious sometimes puts us in rather complicated situations, but that doesn't hurt anyone; it just causes some discomfort, especilly when someone asks a question. Personally, I have some beliefs, such as the "evil eye," especially with young children. But, although I don't profess any religion, I have a lot of faith in God. Generally speaking, I believe that superstitions constitute a powerful cultural component in our communities, and that belief in some of them is not harmful. However, when they become fanaticism in people, they can become a serious problem, since (although I am not a specialist), I believe they can cause psychological disorders. In this sense, I think we should not transgress the limits of what could be considered normal, in order to preserve our well-being.
Thank you very much for reading. I would greatly appreciate your comments. The photos were taken from pixabay.com. Text translated into English by Google Translate.