Warm greetings to all the friends of #holoslotus. I've reached out here, as is now customary, to participate in another initiative hosted here.
This time, I'm responding to the call from @neuropoeta, who has a very interesting proposal.
I'm an optimistic person, of that I have no doubt. I demonstrate and attest to it with the many difficulties and challenges I've overcome over the years.
The best part is that I haven't given up yet; I continue to look and think toward the future, with a positive mindset.
But being a person with good vibes doesn't mean completely turning your back on reality, which is why I think my optimism is firmly planted on the ground.
With this personality trait, as with any other expression of character or behavior, it requires balance.
When setting new goals, I've taken into account first defining whether they are short-, medium-, or long-term.
I undertake short- and medium-term goals immediately, and I put long-term goals in a passive file.
After a reasonable amount of time, I review them, and some still need to be left there until an opportunity arises. Others can be addressed, and others are eliminated because they are unrealistic or because they no longer interest me, and I replace them with something more attractive.
It's no secret that we live in difficult times, the challenges are greater, and the goals are harder to achieve, so feeling optimistic is also a challenge.
Although a positive nature is innate in me, I don't allow it to overreach.
Pessimism, when something goes wrong, almost always surfaces. The first logical reaction is to allow defeatist thoughts to enter, and I don't think that's all bad.
Feeling that sensation, at least for me, serves as a catalyst to avoid falling into triumphalism, which blinds us and plunges us into folly. What I don't allow is for it to take over my mood.
Therefore, my main weapon to stay upbeat and positive is my personal appearance.
When I catch myself frowning in discouragement, I gather strength, take a deep breath, and immediately put all my effort into it and transform myself.
I dress tastefully, put on makeup, and rehearse the best expression for my face from my feelings, until the mirror and the selfie give me back what I need.
I immediately feel renewed. That's when I know it's time to find an immediate solution. I go out and take on a different task, distancing myself from the one that put me in a negative state.
Sometimes these are things that require facing the truth; they can't be easily avoided, just trying to find a direct or alternative solution.
The task of being a single mother, feeding and raising a child while managing my resources, was not easy at all, considering my condition as a woman with limited mobility (80%).
That's why it was necessary to find a way to generate well-being, and the support of a hand-held tricycle appeared.
Of course, the vicissitudes of life have never been able to erase the smile from my face, which is necessary for my mental health and that of my son.
Today, my son supports me in all my dreams, even the ones that seem crazy. Whatever I try, despite being in my senior years, he gives me his unconditional approval.
Sometimes, I take stock of my life and say that I don't want to undertake projects I can't see realized. People judge me as pessimistic, that I'm calling for death. I don't believe that; it's being realistic, trying to make the most of my time.
Dying is something unavoidable; it's just planning to live the space that best suits you.
Sometimes I need to slow down my enthusiasm and ask God to allow me to finish things I've started and others that are yet to come.
See you soon, I send you a hug.
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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Un cordial saludo para todos los amigos de #holoslotus, me llegó hasta acá, como es ya costumbre, para participar en otra iniciativa de las que aquí se convocan.
Esta vez respondo al llamado de @neuropoeta, que nos hace una propuesta bien interesante.
Soy una persona optimista, de eso no tengo dudas, lo demuestro y atestiguo con las tantas dificultades y retos que he vencido a través de los años.
Lo mejor de todo es que aún no me rindo,sigo mirando y pensando hacia el futuro, con mente positiva.
Pero ser una persona con buenas vibras no significa voltear totalmente la espalda a la realidad, por eso pienso que mi optimismo tiene los pies bien plantados sobre la tierra.
Con este rasgo de la personalidad sucede como con cualquier otra expresión del carácter o de nuestra conducta, requiere de equilibrio.
He tenido en cuenta, a la hora de trazar nuevas metas, primeramente definir si son a corto, mediano o a largo plazo.
Las de corto y mediano plazo las emprendo de inmediato y las de largo plazo las pongo en un archivo pasivo.
Luego de un tiempo prudencial,reviso y algunas aún deben quedar allí, hasta que aparezca una oportunidad para ellas, otras ya se pueden acometer y otras son eliminadas por ser irrealizables o porque ya carecen de interés para mí y las sustituyo por algo más atractivo.
No es secreto para nadie, que vivimos tiempos difíciles, los retos son mayores y las metas más duras de alcanzar, por lo que sentirse optimistas es también un desafío.
Aunque el carácter positivo sea innato en mi, no permito que se extralimite.
El pesimismo , cuando algo sale mal, casi siempre aflora, la primera reacción lógica es permitir la entrada a pensamientos derrotistas y no creo que sea malo del todo.
Sentir esa sensación, al menos a mi, me sirve de catalizador, para no caer en triunfalismo, ese que ciega y nos sumerge en la insensatez, lo que no permito es que se adueñe de mi estado de ánimo.
Por eso, mi principal
arma para mantenerme arriba y positiva es mi apariencia personal.
Cuando me sorprendo con el ceño fruncido desanimada, tomo impulso , respiro profundo y enseguida pongo todo mi empeño y me transformo.
Me visto con gusto, me maquillo y ensayo desde el sentimiento la mejor expresión para mí rostro, hasta que el espejo y la selfie me devuelven lo que necesito.
Enseguida me siento renovada, ahí se que ya es la hora de encontrar una solución inmediata, salgo y emprendo una tarea diferente y me alejo de la que me puso en estado negativo.
En ocasiones son cosas que requiere ponerle el pecho, no se pueden evadir fácilmente es tratar de buscar una solución directa o alternativa.
La tarea de ser madre soltera, alimentar y educar a un niño desde la gestión de mis recursos,no fue para nada suave desde mi condición de mujer con movilidad ambulatoria limitada a un 80 % de posibilidades.
Por eso fue necesario encontrar la forma de generar bienestar, y apareció el apoyo de un triciclo de manos.
Eso sí, jamás los avatares de la vida han logrado borrar de mi cara la sonrisa, necesaria para la salud mental mía y de mi hijo.
Hoy mi hijo me apoya en todos mis sueños, hasta en los que parecen una locura, lo que se me ocurra intentar ,a pesar de andar por la tercera edad, él me da su aprobación incondicional.
En ocasiones, hago un recuento del tiempo que he vivido y digo que no quiero hacer proyectos que no pueda ver realizados, me juzgan de pesimista, que llamo a la muerte, no lo creo así, es ser realista tratando de aprovechar mi tiempo al maximo.
Morir es algo ineludible, es solo proyectarse vivir el espacio que te toque de la mejor manera.
A veces necesito bajarle dos líneas a mi entusiasmo y le pido a Dios que me permita finalizar cosas empezadas y otra que se están por venir.
Hasta pronto, les dejo un abrazo.
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