Los momentos malos son para construir | The bad moments are to build

*Tenía una semana con este tema en borradores, solo había un título porque sentía que algo le faltaba, y anoche lo descubrí.* Pensaba en que cuando estamos bien agradecemos a Dios, y cuando no, en ocasiones hasta nos molestamos con él. Entonces, *¿por qué es tan difícil ser fuerte en la fe?* Podemos decir que es debilidad, que es falta de fe, que aún nos falta alimentar esa fe más. Y todo esto tiene razón. Sin embargo, hay algo que de lo que no me había percatado, hasta que ayer, cuando terminaba mi post para Hive en la noche, aprovechaba al mismo tiempo de escuchar un video que tenía pendiente. En él, Azarian mencionaba que debemos aprovechar el tiempo. Y que, incluso, los momentos malos de la vida son para enseñarnos lo que estamos haciendo mal para empezar a actuar y cambiarlo. Justo en ese momento me detuve, y lo comprendí: **Es desconocimiento.** El desconocimiento es la fuente de todos nuestros males. Y si te soy sincera, nunca lo había visto de esa manera. Llegué a creer que los momentos malos eran una especie de castigo por desobediencia, e incluso, por vagancia. Pero, nunca lo vi como un momento donde debes de ponerte los puntos sobre las íes a ti mismo y aprovecharlo. Aunque uso mi tiempo lo más sabio que puedo, también hay momentos en los que no. Y son esos los que me pasan factura. El motivo principal es porque aún no he conseguido la libertad financiera. Estoy trabajando en ello día y noche. Pero, es un proceso que lleva tiempo, así como mucha organización. Puedo darme unos días sin trabajar, aun así debo volver, o de lo contrario lo veré reflejado en mis finanzas. Es allí donde he visto "el castigo por la vagancia". Lo cual te hace pensar en que son momentos muy duros, en los que solo deseas recriminarte. Sin embargo, *¿y si Dios no te manda a sentirte miserablemente culpable, sino a que tomes con todas tus fuerzas lo que tienes y trabajes en ello?* Es una forma más agradable de ver todo, sin duda. Una donde no sientes que el mundo te caerá encima de forma dramática, o donde ya todo se ha terminado para ti. Verlo de esa manera hace que todo cambie. E incluso, te da más fuerzas para continuar. Lo que me recuerda a las conversaciones con mi hermana en estas semanas. Las cosas en el país no son sencillas. Cada día todo es sumamente costoso, lo que hace que tu esfuerzo no se vea debido a que el dinero se va como agua. Aun así le comentaba que hay que mantener siempre buena actitud. Pase lo que pase. Porque es eso lo que hace que las cosas sean diferentes. >Ella me motiva, y yo a ella. Creo eso es lo más bonito e importante de la hermandad. La forma en la que aportas a la otra persona. Lo cual lo he comprobado. Cuando las cosas van mal y me siento en una fase pesimista, las cosas no mejoran, y todo es más pesado. Mientras que, aunque algo salga mal, mantengo mi actitud positiva. Lo que me permite ver más posibilidades, trabajar más rápido, tener mejores resultados, y resolver la situación que se presente de la mejor manera. No es sencillo. Por supuesto que no. Pero, tampoco se trata de tomarte un litro de café y sentirte como una ardilla sonriente. Si no enfocarte. Por supuesto que sentir es algo que es importante. Soy humana, lloro cuando algo me duele, o siento que no puedo con ello. Solo que en vez de quedarme allí, en ese sentimiento, lo que hago es usarlo para liberar y continuar. Sin embargo, no había encontrado explicarlo de la forma correcta con palabras. No sabía cómo llevarlo a ti desde el punto de vista de la fe. Ahora lo sé. Por lo que no quiero quedarme yo con ello, sino que deseo compartirlo contigo.