My story is based on:
8 October 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2884: notable quotation; And,
6 October 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2882: rest no more.
¿Podemos estar de acuerdo en que no estamos de acuerdo?
Cicero se quedó mirando fijamente, alternando entre su reflejo en la pantalla y el sobre con borde dorado, con la atención desviada de la amplia sonrisa de Abbey. Finalmente, incapaz de contener su sorpresa y emoción, lo apartó de su regazo, se dio la vuelta y cogió su teléfono.
Él dio un gran salto y se escondió detrás del sofá del salón antes de asomarse por el borde. Escuchó atentamente mientras estudiaba las expresiones de Abbey.
«Chicas, ¿estáis todas sentadas? No os vais a creer dónde vamos este fin de semana. ¡Me han invitado a un retiro con todos los gastos pagados y la opción de llevar a tres invitados!».
Un fin de semana solo para chicas. Cicero aguzó las orejas al oír las risas y las charlas a través del altavoz.
¡Ja! No me engañáis. Suena como un código para una expedición de caza en la que seguramente habrá muchos machos. No me gusta mucho tomar el sol y los spas, tumbado al descubierto con pepinos en los párpados y pasta incrustada en mi peluda cara. Sin embargo, seguramente habrá otras damas presentes que estarán más que dispuestas a acompañarme en una gran visita por las instalaciones.
Cicero no tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba agachado en esa postura defensiva. Estaba atrapado. Pero sus hombros encorvados se relajaron un poco mientras los pensamientos se arremolinaban en su cabeza. Recordó las fotos que ella había compartido con él en la pantalla de su ordenador. Arena, agua, playas, tumbonas y gente que se marchaba bebiendo de vasos altos.
Era una escapada aislada que ella había planeado para ellos algún día. Su itinerario tomó forma mientras su pulso se aceleraba esperando el anuncio.
Abbey no tardó mucho en comunicarle la fantástica noticia. Tras colgar el teléfono, se levantó rápidamente y salió de la habitación dirigiéndose directamente a su dormitorio para hacer las maletas. Él se inquietó durante unos largos momentos, esperando ansiosamente su regreso. Pero no estaba preparado para lo que vino después, cuando ella dobló la esquina y volvió a la sala de estar.
Sus ojos se abrieron con horror. La gran jaula negra.
No era el equipaje de viaje, sino el artilugio para las vacaciones en casa. Solo se podía sacar una conclusión de eso.
No voy a acompañarla. Me obligan a hacer de padre y a mantener a esos seres salvajes bajo control en esa institución para locos lejos de nuestra casa. No era una decisión que él hubiera aceptado de buen grado.
Corriendo hacia la puerta trasera, Cicero volcó su cuenco de agua mientras se dirigía directamente hacia la gatera. En lugar de aterrizar justo delante, su impulso lo llevó a unos centímetros del túnel de escape. Aterrizó contra la pared.
Saltando rápidamente, se giró y vio a Abbey acercándose con el collar en la mano.
Todo lo que podía ver era su confinamiento mientras ella se abalanzaba hacia adelante para agarrarle la cola.
¡Oh, no! pensó desesperadamente. Esta no es la hora. No me vas a dejar con esos extraños en la perrera.
«¡No te comportes así, cariño!», suplicó Abbey.
¡Cariño! Cicero pensó burlonamente con el ceño fruncido y la mirada penetrante. ¿Cómo se atreve a pensar que soy tonto? El eco de un siseo malicioso resonó entre sus dientes. Lo juro, continuó, ¡ella no descansará más!
Sus pensamientos llenos de pánico tomaron el control. ¿Dónde está mi invitación? ¿Por qué no me han invitado a este viaje especial de fin de semana? ¿Qué es tan importante que no puedo asistir a este lujoso retiro? ¡Yo también quiero divertirme! Esos pensamientos, junto con su sombrero y sus gafas de sol, que lucía con orgullo mientras se pavoneaba por la playa observando a las mujeres, se arremolinaban en la mente de Cicero y lo impulsaban hacia adelante a una velocidad vertiginosa que no sabía que poseía.
No podía ver a Abbey, pero oía y sentía su presencia cuando abrió de un golpe la puerta de la cocina y salió a toda velocidad al patio trasero.
No sabía por qué, pero le vinieron a la mente destellos de una cita notable que Abbey había pegado en todas las superficies disponibles de su apartamento. Un gato tiene nueve vidas. Bueno, Abbey solo tiene una. Y yo nunca he hecho de víctima, así que veamos quién se cansa primero, pensó, mientras la imagen de su retiro soñado permanecía ante sus ojos como un señuelo en una carrera de perros.
Mi historia se basa en:
8 October 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2884: notable quotation; And,
6 October 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2882: rest no more.
Good luck everyone with whatever your endeavors.
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