Lo interesante de explorar es el deseo de descubrir cosas nuevas, de sorprendernos y de conectar con lo que nos rodea, y esa curiosidad nos acompaña en cualquier entorno que recorramos. A mí por ejemplo, me encanta descubrir rincones de mi ciudad en los que nunca había estado, o redescubrir lugares que han sido transformados para cumplir una función social en los barrios y comunidades. Es por esto que me encanta tanto recorrer las calles de la Habana Vieja, porque incluso en los lugares que normalmente visito, siempre hay algo nuevo que se me había escapado, algún detalle arquitectónico, una reforma reciente, o una historia que no conocía. En esta ocasión mi recorrido me llevó por un tramo de la calle Mercaderes, en el corazón del casco histórico de La Habana. Aunque es una de las calles más antiguas de la ciudad la realidad es que casi que la acabo de descubrir en este recorrido. Me gustaría que me acompañaran en este paseo y que puedan disfrutar como yo de esta histórica avenida. Haciendo un poco de Historia: Buscando información en internet descubrí que Mercaderes fue una de las primeras avenidas construidas en La Habana, cuando la ciudad comenzó a expandirse desde el puerto hacia el interior. Su nombre se debe precisamente a la gran cantidad de establecimientos comerciales que se encontraban allí y donde se podían comprar algunas de las mercancías más exclusivas de la época colonial. Hoy en día la calle Mercaderes está completamente restaurada. Se ha pavimentado con adoquines y se ha destinado exclusivamente al tránsito peatonal, lo que contribuye a su conservación y mantiene viva su esencia colonial. La avenida es por ahí sola un museo al aire libre, ya que conserva la arquitectura y el diseño colonial de sus orígenes, con casas de amplios portones de madera, balcones sencillos y altos ventanales que evocan siglos pasados. A lo lo largo de la calle encontramos cafeterías, museos, mesones, o galerías de arte en el interior de antiguas casonas que han sido rehabilitadas y restauradas con este fin. También hay espacio para la belleza natural, con pequeños parques como el dedicado al artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que lleva su nombre, o la Plaza Simón Bolívar donde destaca una imponente estatua en bronce del Libertador de América. En su recorrido, la calle Mercaderes atraviesa uno de los laterales de la Plaza Vieja, una de las cuatro plazas coloniales de La Habana Vieja que en la actualidad es una atracción turística de gran valor histórico y cultural. En el tramo que corresponde a Mercaderes se encuentran edificaciones que pertenecieron a distinguidas figuras de la sociedad cubana de otros tiempos, muchas de las cuales funcionan hoy como museos y establecimientos culturales. Caminar por esta arteria de La Habana Vieja no es solo adentrarse en la vida de la ciudad actual, sino también en los más de tres siglos que lleva construida. Es además un espacio que nos invita a encontrarnos con nuestra historia e identidad, mientras visitamos y conocemos sus museos, parques y rincones llenos de memoria. Espero hayan disfrutado el recorrido tanto como yo.