Mi casa era grande en apariencia. Resonaban discusiones, platos rotos y cuentas sin pagar. Me acostumbré al encierro. Aún yo era feliz.
Ahora no tengo casa. No siento como mío lo que no es.
Me tengo a mí y eso basta.
A menudo pienso en mi vida y cómo mi historia personal me sirve para alimentar mis poemas, a la vez que intento condensar todo ese cúmulo de experiencias. Este poema es completamente de mi autoría, al igual que la foto utilizada. ¿A ustedes qué les parece? Saludos desde #Cuba.