Entrada al Concurso “Ese zumbido que no cesa” | LA HERENCIA DEL ABUELO

@walkiriarosa · 2025-10-04 22:24 · hive-179291

Tuve un abuelo que cuando yo era pequeño me enseñó a amar a las plantas. Disfrutaba mucho en mis vacaciones ayudándolo a cultivar y cosechar todo tipo de especies medicinales. Su pequeño pueblo no contaba con puesto médico, él conocía la planta exacta para cualquier dolor o malestar. Transformó un espacio de la casa en una botica. Con su sabiduría y experiencia curaba a todos y yo aprendí del maestro.

Por eso cuando mi abuelo murió no me sorprendió heredar su casa en el pueblo, su negocio y su responsabilidad. Yo estaba recién graduado de Farmacia en la Universidad, con ganas de conquistar el mundo. La herencia de mi abuelo me permitiría conjugar mis estudios universitarios con mi amor por las plantas. Reabriría su pequeña tienda en el pueblo y le llamaría “La Botica del Abuelo” perpetuando su amor por la naturaleza y la tradición.

Invertí todos mis ahorros en la modernización del emprendimiento y en la reparación de mi nuevo hogar, comenzando así la rutina de mis días. Amanecer, salir a cuidar del campo, cosechar, regresar a casa, ducharme, abrir la botica. Enfocado en mi trabajo me gustaba tomar el descanso del mediodía, sentado en la cómoda silla de madera del comedor, con las ventanas abiertas contemplando el campo. De repente entra una mariquita y se posa en la mesa. Sonrío porque fue como sentir que mi abuelo estaba conmigo. Recordaba claramente lo feliz que se ponía cuando se tropezaba con una de ellas sobre la mesa de la cocina.

Al día siguiente repito mi rutina, pero en esta ocasión no fueron ni una ni dos mariquitas las que visitaban la mesa, seis ejemplares caminaban dueñas de esta, otras tres en las cortinas de la ventana. Me detuve por un momento, las tomé y las deposité en el suelo del patio. Tres días después descubro al entrar en la cocina que el lugar estaba tomado por aquellos insectos, hacia donde mirase descubría una mancha roja con puntitos negros, sin dudas era el comienzo de una plaga. Como loco comencé a cazarlas sacándolas y cerrando las ventanas. Las podía ver volar sobre los campos del abuelo, el sonido de sus diminutas alas llegó a grabarse en mi mente.

Esa noche me fui a la cama preocupado con mi nuevo problema y soñé con ellas, un sueño aterrador: despierto en medio de la calle principal del pueblo, bajo las estrellas, veía mi sábana con vida, de un solo movimiento retiro el manto protector dejando al descubierto unas enormes mariquitas del tamaño de un balón de futbol, salto de la cama y pude ver el movimiento de sus mandíbulas potentes y amenazantes. A mi lado comienzan a pasar las personas del pueblo corriendo desesperados seguidos por aquellos animales del tamaño de un globo aerostático, el zumbido ensordecedor de sus alas hace que mi cabeza quisiera estallar. Veo como una atrapa con sus patas al señor del banco y de un solo bocado termina con su vida. Otra rueda por el suelo, destruyendo como un misil todo lo que encuentra a su paso, las casas parecen de juguete, los cultivos devastados, los gritos de terror de las personas hace que mis piernas reaccionen y comienzo a correr sin rumbo, guiado solo por la luz de la luna. De repente siento que caigo al vacío, el impacto fue suave y pegajoso, estoy en medio de cientos, miles, millones de larvas que comienzan a eclosionar y cual depredadoras naturales comen todo lo que encuentran, personas y animales. Desde el cielo los padres orgullosos contemplan la masacre colocando como fondo musical de la apocalíptica escena ese zumbido, que no cesa, cual melodía acompañante del final de nuestra vida…

Despierto sudado, en la mesa de noche bajo la tenue luz de lámpara alcanzo a divisar una mariquita. La palma de mi mano rabiosa arremete contra el insecto. A partir de ese día y durante la próxima semana amanezco con una nueva rutina. Armado con un nebulizador comienzo a esparcir insecticida en los campos de mi abuelo. Pasados siete días no existía rastros del insecto rojo y negro.

Mi vida continúa como antes, tres días habían pasado desde de mi venganza, cuando comienzo a observar debilidad en las plantas, atraso en su desarrollo y hojas pegajosas, el campo que tanto había cuidado mi abuelo moría. Desesperado llamo a un amigo de la universidad que conocía de temas agrícolas y le comento de la plaga de mariquitas, de mi sueño, del insecticida. Mi amigo coloca su mano en mi hombro y me dice: las mariquitas son el control biológico natural de plagas e insectos en la agricultura, !Si¡… son carnívoros, pero son el mejor aliado del agricultor. ! Ahora estás infestado de pulgón¡ Fue entonces que comprendí la felicidad de mi abuelo al encontrar una mariquita sobre la mesa de la cocina.

Gracias por leer/ El texto es de mi creación / Imagen tomada de Pixabay

#relato #concurso #literatura #story #cienciaficcion #ZDE #spanish #cuba #hivecuba #Literatos

#hive-179291 #relato #concurso #literatura #story #cienciaficcion #zde #spanish #cuba #hivecuba
Payout: 5.055 HBD
Votes: 209
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.