En campaña / On campaign

El político se subió al escenario y agarró el atril, tambaleándose como un borracho sin pared de agarre. Su traje, un rompecabezas de colores y ombinaciones, crujía con cada movimiento. Tomó el micrófono, que chirrió como si protestara por el contacto con sus dedos empapados. Frente a la multitud, sus ojos brillaban con la fiebre de quien confunde un acierto con un superpoder. — ¡Ciudadanos! —bramó, mientras una mosca zumbaba en círculos sobre su cabeza, como un dron en misión de ridiculizarlo. Habló de puentes que construiría sobre ríos inexistentes, de empleos que lloverían como confeti en desfile. La multitud aplaudió, pero no por él: un niño en la primera fila había hecho estallar un globo. Giró hacia las cámaras, guiñando un ojo con la gracia de un bombillo en corto circuito. Los periodistas, armados con libretas y bostezos, garabateaban garabatos en lugar de notas. Uno dibujaba un unicornio; otro, un sándwich. Nadie lo miraba. Bajó del escenario, tropezando con un cable que parecía puesto ahí por un bromista. Los reflectores le lamían el sudor de la frente, proyectando un halo que él interpretó como santidad. En su mente, los aplausos eran sinfonías; en la realidad, eran palmas apuradas de quien quiere que todo termine. Se pavoneó hacia su equipo, que lo recibió con sonrisas de obligación. Alguien le pasó un café, pero el vaso estaba vacío. No lo notó. En su cabeza, ya estaba en el cartel electoral, su cara pixelada sonriendo junto a un eslogan que lo haría triunfador. Pagó la campaña con un cheque producto de la hipoteca de su casa, convencido de que los vítores eran amor y no costumbre. Más tarde, en la plaza, un voluntario pegó su cartel en un poste, pero al revés. Un perro lo olfateó y, con solemnidad, levantó la pata. Esa noche, el político soñó con estatuas en su honor, erguidas en plazas que no existían. En el sueño, las estatuas cantaban su eslogan, pero se derretían bajo un sol que parecía reírse. Al amanecer, despertó abrazado a una almohada, murmurando promesas a un cuarto vacío.  [**](https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-gente-multitud-muchedumbre-27992041/) ------------------ ---------------------- ---------------------- **On campaign** The politician climbed onto the stage and grabbed the lectern, staggering like a drunk with no wall to hold on to. His suit, a puzzle of colors and combinations, creaked with every movement. He took the microphone, which creaked as if protesting the contact with his soaked fingers. Facing the crowd, his eyes shone with the fever of someone who mistakes a success for a superpower. "Citizens!" he bellowed, while a fly buzzed in circles above his head, like a drone on a mission to ridicule him. He spoke of bridges he would build over nonexistent rivers, of jobs that would rain down like confetti in a parade. The crowd applauded, but not for him: a child in the front row had popped a balloon. He turned to the cameras, winking with the grace of a short-circuited light bulb. The journalists, armed with notebooks and yawning, scribbled instead of notes. One drew a unicorn; another, a sandwich. No one was looking. He stepped off the stage, tripping over a cable that looked like it had been put there by a joker. The spotlights licked the sweat from his forehead, projecting a halo he interpreted as saintliness. In his mind, the applause was symphonies; in reality, it was the hurried clapping of someone who wants it all to be over. He strutted toward his team, who greeted him with obligatory smiles. Someone handed him a coffee, but the cup was empty. He didn't notice. In his head, he was already on the election poster, his pixelated face smiling next to a slogan that would make him a winner. He paid for the campaign with a check from his mortgage, convinced that the cheers were love, not habit. Later, in the plaza, a volunteer pasted his poster on a post, but upside down. A dog sniffed it and solemnly raised its paw. That night, the politician dreamed of statues in his honor, standing in plazas that didn't exist. In the dream, the statues sang his slogan, but melted under a sun that seemed to laugh. At dawn, he woke up hugging a pillow, murmuring promises to an empty room. ------ ----------- -------------------------  **CRÉDITOS** Banner elaborado en PSD con fotos propias y logo de [IAFO](https://www.instagram.com/iafospeakers/) Logos [redes sociales](https://png.pngtree.com/png-clipart/20180626/ourmid/pngtree-instagram-icon-instagram-logo-png-image_3584853.png) Traductor [Deepl](https://www.deepl.com/)