Sendero en el llano

@franvenezuela · 2025-07-12 03:00 · CELF Magazine
El sol era un candil de aceite derramado en el cielo. El hombre caminaba dejando huellas que el viento borraba antes de que sus botas dejaran de arder. Un zamuro trazaba círculos en el aire, contando las horas que le quedaban al día. En una curva del camino, donde la tierra se volvía más dura, un muchacho descansaba sobre una piedra lisa. Tenía las rodillas cubiertas de cicatrices brillantes y una sonrisa que no calentaba los ojos. Al verlo acercarse, escupió un hilo de saliva oscura: —¿Pa' qué sigue este camino, compadre? No hay nada al final. El hombre se detuvo, se ajustó el sombrero que le pesaba como una losa: —Es el que me tocó. El muchacho rió mostrando dientes como mazorcas quemadas: —Todos dicen lo mismo. Pero mire —señaló el polvo que se pegaba a sus botas—, ya va medio muerto y ni siquiera ha pasado el paso del Diablo. Antes de que pudiera responder, el muchacho se levantó y se fundió con el calor que ondulaba en el horizonte, como un espejismo que nunca existió. El camino se estrechó. Bajo un samán cuyas raíces se retorcían como serpientes ahogadas, otro hombre lo esperaba fumando un tabaco negro. Tenía una cicatriz que le cruzaba la cara como un río seco. —¿Todavía por aquí? —preguntó echando humo azul—. A su edad, yo ya sabía la verdad. —¿Cuál verdad? —Que da lo mismo. —Señaló el llano con el cigarro—. Usted camina, el sol cae, la tierra sigue girando. Al final, ni los muertos recuerdan por qué murieron. El viento se llevó sus palabras como se lleva las plumas del garzón soldado. El hombre quiso protestar, pero algo en su pecho susurró como hojas secas pisoteadas. Cuando alzó la vista, solo quedaba el olor a tabaco quemado. Al atardecer, cuando las sombras se alargaban como suspiros, encontró al tercero: un viejo sentado en una silla de cuero crudo, meciéndose con parsimonia. No llevaba sombrero y su cabeza brillaba como un pedernal. En lugar de hablar, sacó una botella de vidrio opaco y dos vasos. El primer trago quemó como mentira arrepentida. El segundo, como verdad que llega tarde. —¿Y? —preguntó el viejo limpiándose los labios con el dorso de la mano—. ¿Encontró lo que quería? El hombre miró sus manos. Recordó noches donde la música sonaba a lamento, mujeres cuyos nombres sabía a whisky barato, promesas que se habían vuelto polvo. Sintió el peso exacto de todos sus pasos inútiles. —No sé si quería algo —confesó. El viejo asintió, como si esa fuera la única respuesta honesta. Luego señaló hacia adelante con su bastón de guayacán: —Siga nomás. El camino siempre continúa. Cuando el hombre parpadeó, la silla se mecía vacía, con el vaso del viejo aún humeante. Fue entonces cuando escuchó el zumbido. Como un enjambre de tábanos eléctricos bajo la piel de la tierra. El samán comenzó a deshacerse en fragmentos verdes que flotaban. El suelo de arcilla se volvió una superficie fría y blanca, tan pulida que podía verse reflejado: un hombre viejo con ojos de extraño. ERROR 404: RUTA DESAPARECIDA ¿VOLVER A EMPEZAR? [SÍ] / [NO] Sus dedos, ahora translúcidos como alas de chicharra, dudaron sobre el vacío. Y en ese instante comprendió la verdad que duele más que todas. ![](https://images.ecency.com/DQmY4BWwWoqPRpDrVeq2aTRWkgtTWcbu5P3zyJ6s3g4XoXM/d_o_m_i_n_i_k_j_p_w_ygcodo61k3e_unsplash.jpg) [**](https://unsplash.com/es/fotos/landscape-photography-of-grass-field-ygCOdo61k3E) ------------------ --------------------- ----------------- ![](https://images.ecency.com/DQmQWrvLP9v6YnGfjSPJdV1kDnrSVdo5GLMSpCqB2S1hptf/194018799_4411152745575806_2142728352369754531_n.jpg) **CRÉDITOS** Banner elaborado en PSD con fotos propias y logo de [IAFO](https://www.instagram.com/iafospeakers/) Logos [redes sociales](https://png.pngtree.com/png-clipart/20180626/ourmid/pngtree-instagram-icon-instagram-logo-png-image_3584853.png)
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