¡Me encanta el trabajo freelance! Esta es una verdad que siempre defenderé porque me ha permitido lograr objetivos que un trabajo de oficina jamás me dejaría. Pero hoy no vengo a contarte por qué me encanta ser autónoma. Hoy quiero desmontar cuatro mitos sobre esta modalidad que todos deben conocer.
Seguramente habrás escuchado que ser freelance es muy cool, que eres el dueño(a) de tu tiempo o el más cliché de todos: “eres tu propio jefe”.
Después de más de tres años de experiencia, lamento decirte que te han contado una historia a medias. Trabajar por cuenta propia es un camino duro lleno de errores y aciertos. Necesitas disciplina, organización, constancia y paciencia. Nada de esto se consigue en un par de días.
Así que si estás pensando en dar el salto, pon los pies en la tierra y conoce los cuatro mitos sobre el trabajo freelance:
1. "Eres tu propio jefe" ¡Mentira! Eres el empleado que tiene jefes y ellos son tus clientes. Sin clientes, no hay trabajo. Sin trabajo, no hay ingresos. Así de simple y directo.
Puedes escoger con quién trabajar, sí, pero una vez aceptas un proyecto, adquieres un compromiso para entregar resultados de calidad en los plazos establecidos.
2. "Eres dueño de tu tiempo" O de tu propio caos si no tienes disciplina. Es cierto que planificas tu horario, pero si eres desorganizado o te distraes fácilmente, el desastre llegará.
Cuando eres autónomo la disciplina debe convertirse en tu amiga. Además, organizar las actividades y establecer bloques de trabajo son tus superpoderes. ¿La recompensa? Evitarás dolores de cabeza y desvelos innecesarios. Mi mejor consejo es que aceptes sólo los proyectos que puedes entregar a tiempo y jamás comprometas la calidad de tu trabajo.
3. "Ganas mucho dinero" Seré honesta. Al principio, tus ingresos serán modestos. Conseguir a tus primeros clientes será un proceso lento. En este contexto, la diferenciación de tu propuesta de valor es clave. Invierte tiempo en perfeccionarla, actualiza tus habilidades y aplica a nuevos proyectos. La recompensa llega con el esfuerzo sostenido.
4. "No tienes vida social" Este punto se conecta con el anterior: todo dependerá de tu nivel de disciplina. Cuando eres freelance la mayor parte del trabajo lo haces en casa, pero esto no debe ser una excusa para que te conviertas en un ermitaño digital.
Procura organizar tus proyectos de tal manera que no interfieran con tu vida familiar o el tiempo de descanso. Sal, reúnete, vive. En mi caso, siempre organizo mi tiempo para poder disfrutar de mi deporte favorito: el running.
Bonus: Cinco hábitos que te ayudarán si estás comenzando tu camino de freelance
Escribe tu lista de tareas. Parece obvio, pero sin esta hoja de ruta todo podría ser catastrófico. Sé realista y anota solo lo que puedes hacer en el tiempo pautado. En mi caso, utilizo Trello y me encanta porque es una herramienta magnífica para organizar y dar seguimiento a mis proyectos.
Organiza tu espacio de trabajo. Trabajar frente al mar o desde el sofá se ve muy lindo en Instagram, pero en la vida real ¡te va a doler la espalda! Invierte en un buen equipo, un escritorio, una silla ergonómica y ubica tu mobiliario en un espacio bien iluminado.
Aprende a gestionar tu tiempo. Las distracciones están al alcance de tu móvil. Si no aprendes a lidiar con ellas, terminarás aplazando todo. Así que apaga o silencia las notificaciones, cierra sesión en tus redes sociales. También te recomiendo usar técnicas como Pomodoro o trabajar por bloques para organizar tus sesiones de trabajo.
Respeta tu horario de descanso. Sacrificar tus horas de sueño no te hace más productivo. Al contrario, tu atención, concentración y creatividad disminuyen. Puede que un día debas desvelarte, pero que no lo conviertas en una práctica cotidiana.
¿Con cuál de estos mitos te has encontrado en tu camino? Comparte en los comentarios tu experiencia y no olvides ofrecer algún consejo que pueda ayudar a nuestra comunidad.