Lo que no se dice

@vgalue · 2025-09-11 00:11 · Top Family
Andrés tenía 40 años cuando se animó a decirlo. No gritándolo, ni con banderas, ni en redes sociales. Lo dijo en voz baja, en la cocina de su departamento, mientras revolvía un café con más nervios que azúcar. Fer lo escuchó en silencio. Él tenía 42 y ya lo sabía, claro. Lo había sabido desde hacía años, pero lo había guardado como quien guarda una carta que nunca se atreve a enviar. Tenía dos hijos, una exesposa que aún lo llamaba para hablar de cuentas y cumpleaños, y una madre que rezaba por él todos los domingos. Cuando decidieron vivir juntos, no fue como en las películas. No hubo mudanza con cajas llenas de discos y libros compartidos. Fue más bien una transición tímida: primero una llave, luego un cepillo de dientes, después una planta que Fer trajo “para dar vida al balcón”. La primera vez que Fer le contó a sus hijos, fue un desastre. El mayor, de 17, no dijo nada. Solo se levantó de la mesa y se encerró en su cuarto. La menor, de 13, lloró. “¿Por qué no lo dijiste antes?”, le preguntó. Fer no supo qué responder. Porque tenía miedo. Porque no quería perderlos. Porque pensó que el amor se podía esconder sin que se marchite. ![1000536360.jpg](https://files.peakd.com/file/peakd-hive/vgalue/23vsLd2u6xtJrmXouYKgH3rF3fZ1DwXr7WJHUNeYjex7esxeKgTCq7Q6MYVwjoz6tV6t8.jpg) Andrés, por su parte, perdió a su hermano. No literalmente, pero desde que lo llamó para contarle, no volvió a responderle los mensajes. “No sé cómo explicárselo a mis hijos”, le dijo. Andrés pensó que eso era irónico, porque él tampoco sabía cómo explicarse a sí mismo. Pero no todo fue dolor. Hubo también pequeños milagros. Como cuando la hija de Fer, meses después, le pidió ayuda a Andrés para una tarea de historia. O cuando el hijo mayor, sin decir mucho, le dejó una remera doblada sobre la cama con una nota que decía: “Te quedó en casa”. Y hubo domingos en los que cocinaban juntos, y Andrés ponía música vieja, y Fer se reía porque siempre cantaba desafinado. Y hubo noches en las que se abrazaban sin decir nada, como si el silencio fuera el idioma más sincero que tenían. No fue fácil. No lo es. Pero cada día que se eligen, es una forma de decirse: “Estoy acá. Y no me escondo más.”

**Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.**

SeparadorSteemit10.png

20200113_094257.png

#spanish #life #story
Payout: 0.000 HBD
Votes: 111
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.